Estudio bíblico de Apocalipsis 19:11-21

Apocalipsis 19

Versículos 11-21

Hoy, estimado amigo, amiga oyente, continuamos nuestro viaje por el fascinante libro de las profecías de Apocalipsis. Recordemos que el autor es el apóstol y evangelista Juan quien relata las impresionantes visiones que Dios le permitió "ver y oír". Juan relata ahora, en primera persona, lo que leemos en el capítulo 19, versículos 11 y 12, que nos dicen:

11 Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. 12 Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo.

Tanto para ayudar a los nuevos oyentes que hoy nos acompañan, como aquellos amigos ya habituales, vamos a recordar algunos detalles comentados en programas anteriores. Hemos llegado al momento del regreso del Señor Jesucristo a la Tierra. ¡Qué suceso más emocionante, amigo oyente! Esta Segunda Venida del Hijo de Dios es el clímax, ya que hasta ahora, hemos visto en este libro de Apocalipsis, la historia de la iglesia, desde el día de Pentecostés, hasta el momento en que la iglesia fue llevada, o "arrebatada", al Cielo en un evento sobrenatural.

A partir del capítulo 4 y hasta el capítulo 18, nos hemos encontrado sumergidos, contemplando los siete años que dura el período de la Gran Tribulación, que tendrá dos fases o tiempos, de tres años y medio cada uno. Ese período concluye con la Venida de Jesucristo a la Tierra para establecer Su Reino.

Existe una idea muy vaga sobre el futuro de nuestro planeta Tierra. Algunos no creen en nada específico, otros reducen todos los crecientes males presentes como subsanables con el empleo de los vertiginoso avances tecnológicos; algunos han oído "algo" acerca del Apocalipsis, pero lo relacionan con alguna película de Hollywood, y los menos, saben, pero no se aclaran muy bien, que un día, ese Jesús considerado "histórico", volverá a la Tierra, pero no ya como un indefenso niño, sino como Rey, para instaurar la paz verdadera, en un Reino presidido por el amor, la justicia, la unidad entre todos los pueblos. También piensan que Jesucristo pondrá a los "buenos" en un lado, que sería el cielo, y a los "malos" en otro, que se llama el infierno eterno. Estimado amigo y amiga oyente: no será tan sencillo, ni tan simple. Al leer la Palabra de Dios somos conscientes del hecho de que Dios tiene un plan, un propósito y programa para esta Tierra que Él está siguiendo de manera muy clara y rigurosa.

Debemos reiterar que este será el momento de la historia universal, el clímax hacia el cual todos los eventos se están dirigiendo. El contraste que aquí observamos, con respecto a Su primera Venida, es muy revelador, absolutamente extraordinario.

Amigo oyente, cuando Él vino por primera vez, Él vino como lo expresa poéticamente George McDonald: "Estaban esperando a un rey que destruyera a sus enemigos, que los elevara muy en alto, y Él vino, como un pequeño bebé, que hizo llorar a una mujer". Así es como entró al mundo, Jesús. Fue manso y humilde. El Salvador, el que murió por los pecadores. Ahora le veremos regresar en toda Su gloria y poder. ¡Qué visión! Ésta es la manifestación final de la Ira de Dios sobre los pecadores en el mundo. La rebelión de Satanás, de los demonios y de la humanidad es detenida y juzgada. Él aplastará toda injusticia antes de establecer Su Reino de justicia. El Cielo se abrió en Apocalipsis, capítulo 4, versículo 1, para permitir que Juan, como representante de la Iglesia, entrase al Cielo donde pudo contemplar a los Ancianos, es decir, al conjunto de la Iglesia, que ya está allí. Y ahora, en el capítulo 19 el Cielo vuelve a abrirse para la magnífica salida del Señor Jesucristo. El caballo blanco sobre el cual está montado es un animal de guerra. Cuando Jesús estuvo en la Tierra, Él entró en Jerusalén montado en un pollino, un asno joven, que, aunque era un animal de reyes, significaba paz, y no guerra. Juan le ve montado en un caballo blanco, lo que habla de guerra.

Jesucristo es llamado aquí "Fiel", porque Él ha venido a llevar a cabo este extenso programa de Dios, y todo aquello que ya había sido profetizado. Aquellos que se burlaban decían: "¿Dónde está la señal de Su venida?" La señal es que Él ya ha llegado, está aquí. Él es fiel, siempre. El Señor Jesucristo es el único en el cual usted y yo, amigo, amiga oyente, podemos confiar, y en el cual podemos descansar, porque Él es, ha sido, y será siempre FIEL.

También se Le llama aquí "Verdadero". Intrínsecamente, Él es verdadero. Él dijo: "Yo soy la verdad". (Juan 14:6). Él no es alguien "que dice la verdad". Él es la verdad. Él es quien establece las normas de la verdad. Él es la vara que mide la verdad. Él hoy es la verdad. ¡Qué maravilloso es tener a Alguien en quien confiar! Y aquí vemos que Él ha venido a juzgar y a pelear, no para morir otra vez en una cruz.

Luego Juan continúa describiéndole: "Sus ojos eran como llama de fuego." En el capítulo 1, recordemos, versículo 14, leímos que Sus ojos eran como llamas, mientras caminaba por las iglesias, juzgándolas. Ahora había llegado la hora de juzgar la Tierra y derrotar toda injusticia.

Y dice: "Y había en su cabeza muchas diademas." Esto nos indica que Él será el único gobernante de esta Tierra. Su gobierno no hará concesiones, será una completa y absoluta dictadura celestial.

Para aquellos que no hayan aceptado a Jesucristo como su Salvador personal, para los que vivan en ese tiempo será un período incómodo, porque Él será un dictador, pero justo y verdadero. Él será el Rey de reyes y el Señor de señores.

En el versículo 12 leemos: "Tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino Él mismo." ¿Cuál será ese nombre? Aquí se Le dan cuatro nombres, los cuales corresponden a los cuatro Evangelios. En 1º lugar, es llamado el Rey de reyes. Ese título corresponde al Evangelio según Mateo, porque Mateo presenta a Jesucristo, como un Rey. 2º.- Él es llamado Fiel y Verdadero. El Evangelio de Marcos Le presenta como el Siervo de Dios; la característica más importante en un siervo no es su genealogía, sino "si es confiable". A un siervo se le pide fidelidad y confianza, ser "fiel y verdadero". 3º. El Señor Jesucristo es llamado la Palabra de Dios. Esto lo leemos en el Evangelio según Juan, donde se le denomina así: "En el principio era el Verbo . . . y aquel Verbo fue hecho carne." (Juan. 1:1,14). El Verbo de Dios, la Palabra de Dios.

¿Cuál es este nombre que ninguno conoce? Bueno, nosotros tenemos una sugerencia. Corresponde, en 4º lugar a lo que dice el Evangelio de Lucas, donde es presentado como Jesús, el Hijo del Hombre. Y éste es el nombre que tenemos aquí: Jesús. Hoy en día existe demasiada familiaridad en la utilización de ese nombre; se lo utiliza para jurar y blasfemar. Pero éste es un nombre que usted y yo vamos a tener que proclamar a través de la Eternidad. Él es Jesús, el Hijo del Hombre. ¿Conoce usted verdaderamente a Jesús, amigo oyente?

Ésa es la razón por la cual el apóstol Pablo podía decir, no al principio de su ministerio, sino al final, antes de ser ejecutado, en su epístola a los Filipenses: "A fin de conocerle, y el poder de su resurrección." (Filipenses 3:10). Nadie conoce al Hijo sino el Padre. Creemos que para los verdaderos cristianos, los auténticos hijos de Dios, cuando lleguemos al Cielo, lo más grandioso será el conocer a Jesucristo, verle ¡cara a cara!

Hay muchas personas que cuando se las llega a conocer bien, ya no resultan tan atractivas como nos parecía, ¿verdad? Pero, con Jesucristo es todo lo contrario; cuánto más Le conocemos, más cercanía e intimidad experimentamos en Su presencia; nuestro amor por Él aumenta como también nuestro deseo de "ser como Él es", y de hacer lo que Él nos pide. En el evangelio según Juan, capítulo 14, versículo 7 Jesucristo dijo: "Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto." Y en el capítulo 14 del mismo evangelio según Juan, versículo 9, dice: "Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?" Y luego en esta oración intercesora que Él pronunció en el capítulo 17 del mismo evangelio de Juan, en el versículo 3 leemos: "Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero."

El aprendizaje de conocer a Jesucristo es como una escuela, en la cual se comienza en el grado inferior. Cuando llegamos a Jesucristo, cargados con nuestras penas, dolores, quebrantos, angustias y todos nuestros pecados, Jesucristo se nos revela como nuestro Salvador y Amigo personal. Y a medida que continuamos nuestro camino a Su lado, más se nos revelará, más conocimiento tendremos, y nuestra confianza y fe aumentará a medida que caminemos junto a Él. El autor de estos estudios bíblicos, el Dr. J. Vernon McGee contaba que después de jubilarse Su deseo ferviente era conocer mejor aún al Señor Jesús. Cada mañana al levantarse, le daba gracias al Señor por otro día más de vida. Le decía: "Señor Jesús, te amo, te amo aun cuando no entiendo bien, aun cuando pareces estar muy lejos. ¡Quiero conocerte mucho más!" Y pedía que el Espíritu de Dios le ayudara a conocer más a la persona de Jesucristo. El dulce nombre de "Jesús", amigo, amiga oyente, tiene un poder extraordinario que apacigua y calma a nuestra alma en momentos de extrema angustia y dolor; infunde aliento, esperanza y fuerza, porque su "Nombre, es sobre todo nombre". En el Cielo tendremos toda una Eternidad para conocer al Señor Jesucristo.

Los versículos 13 al 16 de este capítulo 19 de Apocalipsis, dicen:

13 Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. 14 Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. 15 De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.

El versículo 13 comienza diciendo: "Estaba vestido de una ropa teñida en sangre". Y también en el versículo 15, leemos: "Él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. " Eso nos hace regresar al libro del profeta Isaías. Usted recordará que leímos en el capítulo 63, los primeros 3 versículos que dicen: "¿Quién es este que viene de Edom, de Bosra, con vestidos rojos? ¿Éste hermoso en su vestido, que marcha en la grandeza de su poder? Yo, el que hablo en justicia, grande para salvar. ¿Por qué es rojo tu vestido, y tus ropas como del que ha pisado en lagar? He pisado yo solo el lagar, y de los pueblos nadie había conmigo; los pisé con mi ira, y los hollé con mi furor; y su sangre salpicó mis vestidos, y manché todas mis ropas."

Esta es una referencia a la Segunda Venida, no a la primera venida de Cristo. El apóstol Juan comenta que Él regirá con vara de hierro. Eso nos recuerda lo que dice el Salmo 2. Él es Aquel de quien Dios dijo: "Pero yo he puesto mi rey sobre Sion, mi santo monte. Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: mi hijo eres tú; yo te engendré hoy. Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra." ¿Cómo llegará a obtenerlas? En Su Primera Venida padeció hasta la muerte, pero ahora regresa para, como dice el Salmo 2, versículos 6 al 9: "Los quebrantarás con vara de hierro; como vasija de alfarero los desmenuzarás." De este evento nos está hablando Juan aquí en Apocalipsis. La Segunda Venida de Jesucristo, a esta Tierra.

El furor de Su ira, en Su Segunda Venida, será un gran contraste con la mansedumbre que demostró en Su Primera Venida. Sin embargo, en ambos se revela la Ira del Cordero.

Llegamos ahora al final de la "guerra de Armagedón". Esta es la definitiva batalla final. Leamos los versículos 17 y 18 de este capítulo 19 de Apocalipsis:

17 Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios, 18 para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes.

Para nuestra mente moderna este texto de las Escrituras es incomprensible y repugnante. Observemos que Dios lo incluye al final de Su Palabra, como para recordarnos lo repugnante y nauseabundo que resultan para Él "las obras de la carne". Los hombres que viven "en la carne", -que significa "vivir a mí manera", con una mente materialista, hedonista, consumista; todo este conjunto de auto-gratificación significa "la carne"- las personas que vivan "en la carne", verán su carne destruida. Al final de la gran batalla que pondrá fin a la "guerra de Armagedón" un ángel invitará a las aves carroñeras a que acudan a esta gran cena, a este banquete en la Tierra, donde podrán saciarse, -dice: "Para que comáis carne de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes." Es terrible rebelarse contra Dios Todopoderoso, porque Él juzgará a todos los que "no están con Él, sino en contra de Él". Ahora, continuemos con los versículos 19 y 20 de este capítulo 19 de Apocalipsis, donde, por primera vez, se abre el Infierno:

19 Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército. 20 Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre.

La Bestia y el Falso Profeta desafiarán a Dios hasta el último momento. La bestia mencionada aquí es el Anticristo, ese gobernante político que llegará a ser el dictador mundial, y su brazo derecho, el Falso Profeta, el gobernante seudo-religioso, responsable de propagar la adoración y la veneración de este falso "salvador del mundo", que incluso fabricará una imagen del gobernante mundial y la colocará en Jerusalén como objeto de culto, ambos serán tomados. Y el versículo 21 nos dice:

21 Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos.

La rebelión del hombre contra Dios es inútil y absurda. Estos dos grandes tiranos rebeldes, el Anticristo y el Falso Profeta, tienen la dudosa distinción de ser los primeros en ser arrojados al Infierno. Todavía no es la hora del castigo de Satanás, el diablo, Él todavía no ha llegado a ese terrible lugar.

Surge, naturalmente, la pregunta de si el lago de fuego es un sitio real, y si hay que interpretarlo de forma literal. Bueno, amigo, y amiga oyente, vamos a regresar a este tema cuando estudiemos el siguiente capítulo 20 de Apocalipsis. Si este sitio no es real, entonces se demostrará que será peor, peor que un lago de fuego que arde con azufre. Piense en esto hasta que lleguemos a estudiar el capítulo 20.

"Con la espada que salía de Su boca." ¿Qué será esto? Claramente vemos en la Palabra de Dios lo que significa "la espada". Es la misma Palabra de Dios. Es Su Palabra. "Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón", Carta a los Hebreos, capítulo 4, versículo12. Y el apóstol Pablo escribió en su epístola a los Efesios, capítulo 6, versículo 17: "Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios."

El profeta Isaías, en el capítulo 11, versículo 4 de su libro, nos dice: "Sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío."

Indudablemente es la Palabra de Dios. Y fue la Palabra de Dios la que creó este universo. Es la Palabra de Dios la que nos salvará. El apóstol Pedro en su primera epístola, capítulo 1, versículo 23 dice: "Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre." Así es como se nace de nuevo, estimado amigo, y amiga oyente, y será por la Palabra de Dios que será destruido todo lo impío al fin de este tiempo. ¿Se ha percatado que hasta ese momento Satanás no ha sido castigado, todavía no está en el Infierno? Bueno, vamos a ver este tema en nuestro próximo programa y confiamos que usted vuelva a sintonizar nuestro programa.

¡Que Dios bendiga su Palabra, y a usted al escucharla!

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